El
chispeante intelectualismo funcionalismo manifiesto del Yo psicológico,
indubitablemente es EL ANTICRISTO.
Quienes
suponen que el ANTICRISTO es un personaje extraño nacido en tal o cual lugar de
la tierra o venido de este o aquel país, están ciertamente completamente
equivocados. Hemos dicho en forma enfática que el
ANTICRISTO no es en modo alguno un sujeto definido, sino todos los sujetos.
Obviamente
el ANTICRISTO radica en el fondo de cada persona y se expresa en forma
múltiple.
El
intelecto puesto al servicio del Espíritu resulta útil; el intelecto divorciado
del Espíritu deviene inútil.
Del
intelectualismo sin espiritualidad surgen los bribones, viva manifestación del
ANTICRISTO.
Obviamente
el bribón en sí mismo y por sí mismo es el ANTICRISTO. Desgraciadamente
el mundo actual con todas sus tragedias y miserias está gobernado por el
ANTICRISTO.
El
estado caótico en que se encuentra la humanidad actual indubitablemente se debe
al ANTICRISTO.
El
inícuo de que ya hablara Pablo de Tarso en sus epístolas es ciertamente
un crudo realismo de estos tiempos.
El
inícuo ya vino y se manifiesta por doquier, ciertamente tiene el don de
la ubicuidad.
Discute
en los cafés, hace negociaciones en la O.N.U., se sienta cómodamente en
Ginebra, realiza experimentos de laboratorio, inventa bombas atómicas, cohetes
teledirigidos, gases asfixiantes, bombas bacteriológicas, etc., etc., etc.
Fascinado
el ANTICRISTO con su propio intelectualismo, exclusividad absoluta de los
sabihondos, cree que conoce todos los fenómenos de la naturaleza.
El
ANTICRISTO creyéndose a sí mismo omnisciente, embotellado entre todo el
podridero de sus teorías rechaza de plano todo aquello que se parezca a Dios o
que se adore.
La
autosuficiencia del ANTICRISTO, el orgullo y la soberbia que posee es algo
insoportable.
El
NTICRISTO odia mortalmente las virtudes cristianas de la fe, la paciencia y la
humildad.
Toda
rodilla se hinca ante el ANTICRISTO. Obviamente aquel ha inventado aviones
ultrasónicos, barcos maravillosos, flamantes automóviles, medicinas
sorprendentes, etc.
En
estas condiciones, ¿quién podría dudar del ANTICRISTO?. Quien se atreva en
estos tiempos a pronunciarse contra todos esos milagros y prodigios del Hijo de
perdición, se condena sí mismo a la burla de sus semejantes, al sarcasmo, a la
ironía, al calificativo de estúpido e ignorante.
Cuesta
trabajo hacer entender esto a las gentes serias y estudiosas, éstas en sí
mismas reaccionan, oponen resistencia.
Es
claro que el "Animal Intelectual" equivocadamente llamado hombre es
un robot programado con kinder, primarias, secundarias, preparatoria,
universidad, etc.
Nadie
puede negar que un robot programado funciona de acuerdo con el programa, de
ninguna manera podría funcionar si se le sacase el programa.
El
ANTICRISTO ha elaborado el programa con el que se programan los robots
humanoides de estos tiempos decadentes.
Hacer
estas aclaraciones, poner énfasis en lo que estoy diciendo, resulta
espantosamente difícil por estar fuera de programa. Es tan grave esta cuestión y tan
tremendos los enfrascamientos de la mente, que en modo alguno robot humanoide
cualquiera, sospecharía ni remotamente que el programa no sirve, pues él ha
sido arreglado de acuerdo con el programa y dudar del mismo le parecería una
herejía, algo incongruente y absurdo.
Que
un robot dude de su programa es un adefesio, algo absolutamente imposible pues
su mismísima existencia se debe al programa.
Desgraciadamente
las cosas no son como las piensa el robot humanoide; existe otra ciencia, otra
sabiduría inaceptable para los robots humanoides.
Reacciona
el humanoide robot y tiene razón en reaccionar pues no ha sido programado para
otra ciencia ni para otra cultura, ni para nada diferente a su consabido
programa
El
ANTICRISTO ha elaborado los programas del robot humanoide, el robot se
prosterna humilde ante su amo. ¿Cómo podría dudar el robot de la sapiencia de
su amo?.
Nace
el niño inocente y puro; la Esencia expresándose en cada criatura es
preciosa en gran manera.
Incuestionablemente
la naturaleza deposita en los cerebros de los recién nacidos todos estos datos
salvajes, naturales, silvestres, cósmicos, espontáneos, indispensables para la
captura o aprehensión de las verdades contenidas en cualquier fenómeno natural
perceptible para los sentidos.
Esto
significa que el niño recién nacido podría por sí mismo descubrir la realidad
de cada fenómeno natural, desgraciadamente interfiere el programa del
ANTICRISTO y las maravillosas cualidades que la naturaleza ha depositado en el
cerebro del recién nacido pronto quedan destruidas.
El
ANTICRISTO prohibe pensar en forma diferente; toda criatura que nace, por orden
del ANTICRISTO debe ser programada.
No
hay duda de que el ANTICRISTO odia mortalmente aquel precioso sentido del Ser
conocido como "facultad de percepción instintiva de las verdades
cósmicas".
Ciencia
pura distinta a todo el podridero de teorías universitarias que existen por
aquí, por allá o acullá, es algo inadmisible para los robots del ANTICRISTO.
Muchas
guerras, hambres y enfermedades ha propagado el ANTICRISTO en toda la redondez
de la Tierra y no hay duda de que seguirá propagándolas antes que llegue la
catástrofe final.
Desafortunadamente ha llegado la hora de la gran
apostasía anunciada por todos los profetas y ningún ser humano se atrevería a
pronunciarse contra el ANTICRISTO.